Se realiza en el recinto ferial, que es de gran tamaño, en el que sus casetas son fijas.
El origen de la feria de Carmona es de 1466, cuando Enrique IV de Castilla concedió a la ciudad de Carmona el privilegio de celebrar anualmente una feria del ganado.
La feria da comienzo el miércoles con la noche del "pescaito" o del "alumbrao" y acaba el domingo tras los fuegos artificiales.
El recinto ferial es considerado como una pequeña ciudad llena de casetas efimeras que acogen durante estos días a Carmonenses y visitantes. La feria de Carmona destaca por el tamaño y suntuosidad de sus casetas fijas.