Estos festejos arrancan el viernes posterior al Domingo de Resurrección, extendiéndose hasta el siguiente Lunes ( Lunes de Albillo).
El viernes, la Virgen es homenajeada con una ofrenda floral y un recital de poesías ofrecida por los niños del colegio local. Por la tarde, misa vespertina y Pregón a cargo de una persona hermano/a de la Virgen de Flores.
El sábado por la tarde, comienza la última misa del septenario. Por la tarde, se inicia la procesión de la Virgen por las calles del pueblo, acompañada por la Banda de Música Abel Moreno. Poco antes de la medianoche, llega el esperado baile popular que durará hasta entrada la madrugada, momento de confraternidad por demás anhelado por tanto marocho emigrado.
La jornada del domingo comienza con una misa de despedida en la Iglesia Parroquial de San Andrés. A su término, sobre las 10:00 de la mañana, y acompañada de tamboriles, carrozas, carretas, caballos, y demás aparejos, la Virgen de Flores es conducida a su ermita, la cual dista a 9 km del pueblo, haciendo parada obligatoria en la Piedra de los valientes para disfrute de todos los romeros.
Al llegar a la ermita, procesión por los alrededores y misa romera. Por la noche, se celebra el tradicional Rosario.
Cumplidas las solemnidades, el Lunes, la Hermandad convida a toda la concurrencia a una comida de convivencia en la casa preparada para ello, a la que sucede un animado baile.
Sobre las 18:30 horas, salve de despedida, que marca el regreso oficial de la romería con su Simpecado al pueblo. A la noche se produce la última velada, donde la música, la charla, las copas y el buen baile cerrarán estas fiestas, dejando entre los asistentes el mejor de los recuerdos.