Es costumbre que las familias y amigos salgan al campo a pasar un día de romería, compartiendo con las personas que se acercan la comida y bebida que entre todos han llevado.
Los orígenes de esta tradición deben tener algún punto en común con la que se celebra en los demás lugares de España.
A San Marcos se le atribuyen poderes para la protección de las cosechas, por lo que sería tenido como el ser más capaz para velarlas y protegerlas.
De hecho era costumbre sacar a San Marcos en procesión para realizar rogativas para que lloviese. En el himno a San Marcos, se puede ver la rogativa a estas protecciones, entre las que estarían a la peste y otras calamidades.
La costumbre de salir al campo a compartir la comida es común a muchos lugares por lo que es posible que exista algún motivo común.
Una de las posibles explicaciones de la tradición puede estar en el hecho de realizar una ofrenda al santo en agradecimiento o en petición de bienes para las cosechas.
En Cuevas de San Marcos se mantiene la tradición de hornear el 24 de Abril unas roscas de pan lamadas "hornazos de San Marcos", que tienen la particularidad de incluir un huevo que se hornea adherido a la rosca.
A la costumbre de compartir comida en un día de campo se le añade la de “atar al diablo”, consistente en atar dos flores de jaramago que representa la victoria del fraile sobre el demonio tal como cuenta la leyenda de la Cueva de Belda.