La Romería del Rocío es una celebración popular y religiosa en honor de la Virgen del Rocío. Se celebra el fin de semana del Domingo de Pentecostés. La Virgen se encuentra en la Ermita de El Rocío, que se halla en la aldea almonteña del mismo nombre, en la provincia de Huelva. La romeria comienza el Sábado con el Santo Rosario, y termina cuando la Virgen entra de nuevo en su Ermita el Lunes por la mañana. Pero días antes muchos peregrinos recorren el camino hasta la aldea almonteña. Una semana de pasión, devoción, tradición, sentimiento y diversión.
El Rocío atrae también a un centenar de hermandades de todas las poblaciones cercanas a Cádiz, Huelva y Sevilla. Los peregrinos atraviesan a pie, otras veces en barca, las marismas del delta del Guadalquivir, para llegar al Rocío, en el límite del Parque Natural de Doñana. El momento álgido del fervor colectivo se alcanza en la noche del Domingo al Lunes. La imagen de la Virgen engalanada, con adornos de donaciones anónimas, la paloma de las marismas sale, por fin, de su santuario una vez que entra el último Simpecado después del Santo Rosario que se reza, ya bien entrada la madrugada del Lunes.
A los gritos de “Que viva la Blanca Paloma!”, la Virgen procesiona y sus porteadores tropiezan, pues el paso se halla obstaculizado por una marea de admiradores cuya razón, aturdida por la espera, se tambalea con las primeras luces del alba.
Aunque se dice que “El Rocío es el camino”, los días "grandes" son el fin de semana, destacando la madrugada del Domingo al Lunes de Pentecostés, que es cuando la Virgen se reencuentra con sus fieles en una procesión que comienza con el espectacular “salto de la reja” y termina bien entrado el día encomendándose a la Blanca Paloma hasta el año siguiente.