Tiene lugar el segundo domingo de agosto y acuden tanto los cazalleros, como los foráneos. Se realiza En pleno corazón de la sierra, junto a la Rivera del Hueznar.
Los romeros realizan el camino acompañando a la patrona a pie, en carreta o caballo, en un recorrido regado de vino de la tierra, cante y baile de sevillanas y fandangos.