La Caracolá se encamina hacia su 60 aniversario.
El verano en Lebrija está marcado, desde hace ya cincuenta y nueve años, por el son del flamenco gracias a su veterano festival, la Caracolá lebrijana. Fiel al espíritu de quienes contribuyeron a su nacimiento y supervivencia a lo largo de los tiempos, nuestro festival pone en valor un legado musical de profundas raíces que sigue creciendo con el oxígeno que le insuflan los nuevos creadores y creadoras del cante, el toque y el baile. En esta edición, rendimos homenaje a Inés Bacán, una de esas mujeres que han ido escribiendo las páginas del flamenco a golpe de voz y sentimiento. Nunca se ha abonado al terreno fácil, sino que ha surcado un camino de excelencia, conocimiento y fidelidad a sus ancestros, poniendo su voz profunda al servicio de un cante gitano, bello y doloroso al mismo tiempo, que hunde sus raíces en Pinini, en Fernanda la Vieja, Antonia Pozo, en su padre... Y en una amplia lista de figuras esenciales de la historia de nuestro flamenco, como heredera de una tradición de siglos que, además, continúa proyectándose en el presente y hacia el futuro.
En 2024, viviremos una Caracolá marcada por la reciente ausencia de nuestro querido Pedro Peña Fernández, guitarrista, maestro e investigador gitano que es todo un referente cultural para Lebrija y al que recordaremos gracias a la reedición de “Los gitanos flamencos”, el libro en el que dejó condensados sus pensamientos en relación al flamenco como un lenguaje propio de los gitanos. Se abre ante nosotros un rico programa de recitales de cante, toque y baile que, espero y deseo, sabremos disfrutar y valorar. ¡Larga vida a la Caracolá lebrijana!