ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA
Andrea Marcon
Fresca o melancólica. Triste o chispeante. Pero siempre deslumbrante, impetuosa y cargada con un virtuosismo diabólico. Desde el arranque arrollador y saltarín de La primavera, Las cuatro estaciones es, seguro, la obra más popular del repertorio barroco. Y de las más populares de la música de todos los tiempos. Está constituida por cuatro conciertos que, de forma programática, pues van acompañados de sonetos narrativos y descriptivos -atribuidos al propio Vivaldi- que enmarcan con imágenes el desarrollo musical como una suerte de danzas que atribuyen motivos musicales al espíritu emocional de cada época del año, exaltan el ciclo de las cuatro estaciones del año y su ejecución en público desata siempre una enorme expectación ante la endiablada dificultad técnica que debe desplegar el violín solista.
La Orquesta Barroca de Sevilla, Premio Nacional de Música y una de las formaciones más prestigiosas de Europa en su género, abordan Las cuatro estaciones de Vivaldi, dirigida por un especialista, Andrea Marcon, habitual colaborador de la OBS, y con la impactante violinista Chouchane Siranossian como solista.
Compuesta hacia 1721, Las cuatro estaciones, son otros tantos conciertos para violín y orquesta integrados, junto a otros 8 más, en Il cimento dell´armonia e dell´inventione, Op. 8, una colección en la que Vivaldi, según los gustos de la época, abandona el modo de los concerti grossi para presentar otro modelo de concierto virtuoso y solista que, sencillamente, 3 siglos después, sigue encandilando al público.