Alfonso del Valle (Sevilla 1958), músico autodidacta e intuitivo, es bien conocido en Sevilla. Lleva más de cuarenta años componiendo canciones y desde 1995, actuando en los locales más emblemáticos de esta ciudad.
Tras militar en el grupo Punto y Aparte, inició una carrera en solitario que le permitió grabar el prometedor álbum “En la Carbonería” (Fonomusic-1997) con el aplauso de toda la crítica especializada. Después llegaron “2dos” (con Joaquín Calderón. Pasarela-2000), “Básico” (Pasarela-2001), “Cada peldaño” (Pasarela-2003), “Eso es lo que hay” (Pasarela-2006), “Robinsón de los bares del sur” (Pasarela-2009), “Güena gente” (Pasarela-2012) y “8.0” (Pasarela-2014) con los que siempre ha intentado demostrar que el desenfado y el mensaje ético nunca estuvieron reñidos.
En todos estos años, el público ha ido creciendo para escuchar historias tan cotidianas como sus propias vidas, sentimientos de un personaje entrañable y de un cantautor experimentado que consigue transmitir como pocos. Se desenvuelve con letras directas -como si fueran nuestras propias palabras las que canta- y músicas adorablemente sencillas, creando canciones anormalmente esperanzadoras y con una constante: la vida.
Concierto en el que Alfonso del valle muestra las principales tendencias e influencias de los cantautores andaluces en elos últimos 10 años. Alfonso del Valle editó en 2015 “¿Dónde se habrá metido este Javier?”, un disco desenfadado sobre la canción contemporánea del sur y con sonido añejo, dedicado a su muy admirado Javier Krahe.
En 2016 escribió y grabó “Delirios de una estrella venida a menos”, una colección de 15 canciones sobre cantautores andaluces contemporáneos en claves de ironía, denuncia social, humor y ternura.
En febrero de 2017, envenenado por la rima en consonante, se une a Van Moustache (un grupo de jazz manouche) y forma un nuevo proyecto que dista bastante del Del Valle conocido hasta ese momento. Son textos y canciones con textos de humor inteligente a ritmo de swing las que forman el repertorio actual. Es su manera de reinventarse y de disfrutar haciendo canciones siguiendo la estela de Brassens y Krahe.