X MÁLAGA CLÁSICA
Desde el padre fundador del cuarteto de cuerda tal y como lo conocemos, Joseph Haydn, se concibe tal formación como el equilibrio perfecto en la composición, por la riqueza de rango, diversidad sonora y unidad a través del timbre instrumental.
En el caso del cuarteto no. 2 de Borodin, nos encontramos con una obra llena de afecto amoroso, que el compositor dedicó a su esposa Ekaterina Protopova.
Tras estudiar en detalle los cuartetos de cuerda de Haydn, Mozart y Beethoven en un período de depresión, Schumann creó su propio cuarteto, con el piano como parte del conjunto, dando más cuerpo al sonido.
La genialidad creativa del compositor se demuestra al ser capaz de mantener al grupo como un conjunto unificado y concebir momentos de gran intimidad y delicadeza.