FESTIVAL DE GRANADA.
Hoy se duda del lugar de su nacimiento, pero parece que Alonso Mudarra era castellano y que pasó su juventud en el Palacio de los Duques del Infantado en Guadalajara. Sabemos en cambio con certeza que se ordenó sacerdote y se convirtió en canónigo de la catedral de Sevilla en 1546. Aunque nunca tuvo un cargo oficial como músico en la seo andaluza, era conocido como tal y desempeñó muchas tareas musicales. No en vano, nada más llegar a la ciudad publicó sus Tres libros de música en cifras para vihuela, una de las siete grandes ediciones que sobre el instrumento vieron la luz en la España del siglo XVI. El volumen incluía piezas instrumentales en los géneros típicos de la época (fantasías, diferencias, danzas, glosas de piezas vocales…), pero también canciones, que se mueven entre las tradiciones asentadas de la canción española desde finales de la Edad Media (romances, villancicos) y los modernos sonetos italianos. Kiehr y Abramovich llevan años volcados en este repertorio al que arrancan multitud de sutilezas y matices.