El impacto de Arnold Schoenberg en la música del siglo XX resulta incontestable. Si en el primer concierto de su Festival, Zahir Ensemble ya le había hecho un guiño al programar la Sinfonía de cámara de John Adams, que está inspirada en la obra de igual título del vienés, ahora se sumerge de lleno en su música con una de las primeras obras de su período dodecafónico, el método de composición que acababa de hacer público. Es su Quinteto de viento, que se presentará como final de un recital que recoge dos obras para la misma formación, Umori del Luis de Pablo más sensual y mediterráneo y las 10 piezas de un Ligeti que mediados los años 60 estaba refinando su estilo de composición textural.