Luis de Lebrija, un cantaor "largo" que sabe emocionar por soleares a Alcalá, rondeñas y cantes abandolaos, en general, regresa a la Caracolá con un espectáculo cuyo título coincide con el de su último trabajo en solitario, Tan lejos y tan cerca (2000). Aunque ha desarrollado buena parte de su carrera profesional y vital en Cataluña, regresó a Andalucía al cabo e 30 años para instalarse en Almería y pregonar en su nombre las huellas de su propia cuna.