Disco de guitarra acústica, sin más distracciones, una propuesta honesta, y en muchos sentidos también audaz. Desde el momento, hace dos años, en el que surgió en su cabeza la idea de componer y grabar un disco de guitarra sola, Carlos ha investigado mucho en varios terrenos, tanto de la música tradicional americana rural como expresiones más vanguardistas, incluso más allá de la propia guitarra, absorbiendo todo lo que encontraba e intentando resolver esa compleja ecuación que se da entre la música y el silencio, la respiración y el no llenarlo todo, precisamente para que todo respire.