Rupatrupa anuncian esta gira con mucha ilusión, pero sin nombre, porque eso ya les da igual. Solo quieren meterse en una caravana, viajar de cuidad en ciudad, sufrir un poco los estragos de la vida en la carretera y, por supuesto, subirse a un escenario cada noche para dejarse la piel y disfrutar de su gente; ese público que nunca les falla.