“Bola de Nieve era la definitiva Cuba libre. Y Javier Galiana lo supo muy pronto, cuando descubrió un viejo vinilo suyo perdido por la casa o esa nítida condición de náufragos que junta a aquellos que persiguen sirenas. Al oírlo, supo que el salitre empapaba las teclas del negro, que el caballero de Olmedo andaba borracho por la calle Obispo y que Victor Manué escapaba a Miami en una balsa, aunque siguiera sin hablar inglés y su isla le dijera vete de mi, pero como si en realidad no quisiera hacerlo. Ahora, tantos años después, con un poderoso jazz varado en la habanera Cádiz, músicos de hoy lo barruntan de nuevo y le brindan un filin para resolver un viejo bisnes sentimental: el que une a la música como a sus intérpretes, como si formaran parte de un mismo océano. El Tomate trío y Cebolla comparte con Bola una idéntica línea de sombra, su hambre de nuevos horizontes y su sed de mestizaje. Un gran embolado.” Juan José Téllez