XIX NOCHES EN LOS JARDINES DEL REAL ALCÁZAR.
Centenario de la muerte de Claude Debussy.
En torno a Debussy
El valenciano Vicent Morello , tras una larga temporada como miembro de la Orquesta de La Haya, en Holanda, pasa a ser desde 2007, flauta solista de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Por su parte, la sevillana Cristina Montes Mateo, aunque actualmente residente en Los Ángeles (EE.UU.), ha sido solista de la Orquestra de la Comunitat Valenciana del Palau de Les Arts, dirigida por L. Maazel, Mehta, Chailly y Gergiev. Cristina y Vicent han tocado juntos en la Orquesta de la Comunitat Valenciana y siempre han tenido una afinidad musical, que les lleva ahora a interpretar juntos música de cámara. En esta ocasión nos presentan música en torno al compositor Claude Debussy con sus melodías de evocadora sensualidad y sugerente colorido.
La música de Debussy es de las más influyentes del s. XX, al recoger por ejemplo influencias del lejano gamelán de Java, las habaneras de ultramar o del flamenco, enriqueciendo el lenguaje tonal con la politonalidad y los colores exóticos de la modalidad. París era el centro musical de Occidente en donde diversos compositores crearon numerosas páginas que se sumaron a la efervescente actividad artística parisina. Saint-Saëns es sin duda uno de los predecesores del lenguaje de Debussy, entre ellos existía un rechazo mutuo pero Debussy no dudaba en reconocer su talento musical. En este programa variado se muestran compositores menos conocidos: el interesante P.O. Ferroud o J. Cras, en los cuales se puede escuchar el exotismo reinante en la época. Las piezas de Ferroud para flauta sola evocan la lejana China. Cras fue capitán de la marina francesa e incorpora melodías exóticas sobretodo africanas por sus viajes. Lili Boulanger cantaba acompañada al piano por Fauré y fue influenciada por su hermana Nadia y por Debussy, quien rechazaba reglas y sistemas afirmando: “no hay que escuchar los consejos de nadie, solamente del viento que pasa y nos cuenta la historia del mundo”. Su música recoge la libertad creativa de poetas como Verlaine o Baudelaire reproduciendo en música sonidos y timbres de forma sensible, ensoñadora y enormemente sensual, que se pueden escucachar en las canciones de Bilitis, una rara joya debussyana.