Diego Suárez pianista y Ricky Vivar guitarrista, son herederos y transmisores de la gloriosa tradición del stride de Fats Waller y James P. Johnson, de las cascadas de notas de Art Tatum, del lenguaje inconfundibles de las guitarras de Django Reinhardt y Eddie Lang. Y lo hacen sin afán de imitar, sin pretensiones arqueológicas, de una manera vital, llena de lirismo y fuerza. Juntos han tocado con grandes figuras del jazz, entre ellas el clarinetista Antti Sarpila.
Combinar los acordes del piano y la guitarra sin que se produzcan conflictos armónicos es una auténtica especialidad, una disciplina que requiere sabiduría y compenetración. No solo lo consiguen con una fluidez asombrosa, sino que nos hacen olvidar que junto a ellos no hay contrabajo ni batería, construyendo una auténtica locomotora rítmica con solo dos piezas.