De Mozart en Casa de Salinas
pone en valor el nexo entre la ópera, sus mitos y los palacios de la ciudad. En este sentido, hay que recordar que más de 120 óperas están ambientadas en la ciudad de Sevilla, en sus calles y en sus palacios.
Teniendo en cuenta esta premisa, Engranajes Culturales ha diseñado -gracias al teatro, la música y el canto lírico- una experiencia única e inigualable, dónde poder deleitarse con las voces de los cantantes y disfrutar de la escenografía natural artística de Sevilla.
La propuesta escénica de “Don Giovanni” de Mozart, en Casa de Salinas se articula por medio de un personaje teatral, que a modo de maestro de ceremonias, nos irá desmenuzando las historias de estas óperas. Se conocerá a sus autores, su mitología y sus curiosidades. El discurso del narrador se verá sorprendido por un elenco musical de 5 voces, que darán vida a los principales personajes, ayudados con un vestuario historicista y acompañadas por un piano de cola que irán interpretando una selección de las principales arias, duetos y recitativos de las obras.
La ópera se desarrolla en el patio renacentista de la casa. El maestro de ceremonias da la bienvenida al público, mostrando dos sinónimos de nuestra historia, Sevilla y la ópera. Es entonces cuando empieza la inmortal obra de Wolfgang Amadeus Mozart. El detonante de la historia es el asesinato del comendador a manos de nuestro protagonista, Don Giovanni. El piano en escena retumba en el momento preciso de la muerte, equiparando el corazón del público con el de la hija del comendador, Donna Anna. Ésta, junto a su prometido Don Ottavio clamará justicia ante dicho suceso. A la par, el protagonista junto a su fiel servidor Leporello celebra las conquistas de este, siendo mil y una las mismas, como canta el vasallo de Don Giovanni. A estas conquistas se les unirá la de la pobre Zerlina, prometida de Masetto que cae bajo el canto seductor del aristócrata libertino.
A Don Giovanni no le alcanza la justicia. Don Ottavio y Donna Anna le persiguen hasta a su propia morada mientras nuestro protagonista canta y celebra sus excesos en una fiesta carnavalesca. Descubierto y perseguido, el libertino huirá terminando un primer acto marcado por los excesos de este y los pesares del resto de personajes. Dos puertas en el centro de la escena se abren para dar pie al segundo acto. La oscuridad del patio de butacas va desapareciendo paulatinamente mientras Don Giovanni intenta conquistar a una nueva dama, que al abrir una de las ventanas del patio queda prendada del seductor libertino. A su vez, Zerlina intentará reconquistar el corazón de su prometido, mientras Donna Anna y Don Ottavio intentan dar con el asesino del padre de ella. Pero en esta obra la justicia es divina, pues el propio espíritu del comendador será el que se presentará ante Don Giovanni para pedirle cuentas por todas sus fechorías. Siendo el final un crescendo de todas las voces presentes en la obra, se va cerrando una velada operística en Sevilla.