Palmar de Troya se forma en Granada en 2019 cuando varios músicos de bandas cómo Maine, Gentemayor, Hand of Fatima o Alondra Galopa... se unen para poner en marcha un nuevo proyecto basado en las raíces musicales comunes (siendo éstas bandas cómo Fugazi, Hot Snakes, Trail of Dead, Jesus Lizard, Girls against boys...).
En 2020 graban en La Resinera (Granada), un EP formado por seis temas que ve la luz de la mano de Liner Discos / The Borderline Music. Toda la grabación y mezcla corre a cargo de Marcos Muniz. Este trabajo recibe buenas críticas de la prensa especializada y principales webzines nacionales y europeos, y aparece en diferentes espacios radiofónicos tanto de emisoras nacionales (Radio3, Radio Nacional 1 o Canal Sur), cómo de radios online y podcasts.
La pandemia trunca la edición física del Ep así como su promoción. Pese a ésto, en el confinamiento graban desde cada casa el sencillo "Metaphore" de corte más experimental.
A finales de 2020 entran en la banda, Lucía en sustitución de Marina a las voces y teclados, y Willy en sustitución de Alfonso, al bajo. Con esta nueva formación el grupo empieza a componer su primer álbum de larga duración.
Entre abril y mayo de 2022 se empieza a grabar y mezclar este nuevo disco de la mano de Marcos Muniz, con la ayuda técnica y de medios de la escuela granadina de audiovisuales, Curva Polar. Marcos se encarga de nuevo de la grabación, mezcla y producción, así como de las baterías del disco.
El álbum se enfoca cómo una revisión actualizada de esa escena posthardcore/ noiserock de finales de los 90 que se mezcla a su vez, con la multitud de influencias actuales de los miembros de la banda... Es lo que le sale a la banda de forma natural y es sin duda, dónde mejor se mueve.
Con la grabación recién terminada, Jose entra cómo batería para comenzar una serie de directos que empezarán en junio de 2022 teniendo fechas ya cerradas en Granada, Málaga o Úbeda y festivales en 2023.
La Joya son Manel M. Hontoria y Ricky Lavado. Ambos militan o han militado en una larga y disfuncional lista de bandas del terreno independiente de este país en las últimas dos décadas (Standstill, The Secret Society, Nudozurdo, Egon Soda, Cuzin, Mi Capitán, Buena Esperanza, The New Raemon...), aunque los caminos que transitan con La Joya se adentran por paisajes sonoros inexplorados por esas bandas.
En La Joya suenan una guitarra y una batería. Poco más. Las canciones se muestran desnudas, reducidas a su esencia más pura y alejadas de imposturas, fuegos artificiales, trampantojos o declaraciones de intenciones. Por establecer coordenadas aproximadas, podría decirse que en La Joya hay slowcore y postrock; hay tempos relajados y riffs delicados y sucios a la vez. Hay algo del rock oscuro de sellos subterráneos y legendarios como Lost & Found, y también algo de la luminosidad de la americana menos ortodoxa. La Joya es música humilde y calmada que encaja poco con el automatismo y la velocidad de estos tiempos que nos está tocando vivir; música sin pretensiones y, precisamente por ello, profunda; que pese a ser instrumental en el fondo habla de ese momento en la vida en el que los domingos por la mañana pasan a ser más importantes que los sábados por la noche.