Empezó a hacer música en un trastero por vergüenza a que sus padres le escuchasen. Imaginamos que hoy, con tres discos y millones de reproducciones a sus espaldas, estarán bastante orgullosos de él. Hablamos de Enol, un artista que, llevando Gijón en el corazón, se mudó este año a Madrid para hacerse un hueco en la industria y pelear por la vida que siempre ha querido. El asturiano ha bebido de referencias musicales nacionales e internacionales para convertirse en lo que es hoy: un artista de pies a cabeza que bien sabe que el que algo quiere, algo le cuesta.