Grigory Sokolov (Leningrado, 1950), el pianista al que James Rhodes idolatra, ha transcendido todas las categorías para convertirse en una leyenda viva. Verlo en directo no es asistir a un recital: es recibir la sacudida de una experiencia inolvidable.
Sokolov experience
Grigory Sokolov nació en Leningrado (Actual San Petersburgo) el 18 de abril de 1950. El prodigioso talento de Sokolov fue reconocido en 1966 cuando a los 16 años se convirtió en el músico más joven en recibir la Medalla de Oro en el International Tchaikovsky. Concurso de piano en Moscú.
A diferencia de muchos pianistas, Sokolov se interesa más por el mecanismo y la configuración de los instrumentos que toca. Pasa horas explorando sus características físicas, consultando y colaborando con los técnicos de piano para lograr sus sonidos ideales. “Se necesitan horas para entender el piano, porque cada uno tiene su propia personalidad y tocamos juntos”, explica. La asociación entre el artista y el instrumento es de vital importancia para el flujo de las ideas musicales de Sokolov. Con moderación en el uso del pedal de sostenimiento, conjura todo, desde las gradaciones tonales y de textura más sutiles hasta los contrastes de sonido más atrevidos a través de la pura brillantez de su digitación. Los críticos suelen llamar la atención sobre su asombrosa habilidad para articular voces individuales dentro de una compleja textura polifónica y proyectar líneas melódicas sin fisuras.
El carismático arte de Grigory Sokolov tiene el poder de cultivar la concentración necesaria para que el público contemple incluso las composiciones más familiares desde nuevas perspectivas. En el recital, atrae a los oyentes a una relación cercana con la música, trascendiendo las cuestiones de la exhibición superficial y el espectáculo para revelar un significado espiritual más profundo. El arte de Sokolov se basa en los sólidos cimientos de su personalidad única y visión individual.
La naturaleza única e irrepetible de la música hecha en el momento presente es fundamental para comprender la belleza expresiva y la irresistible honestidad del arte de Grigory Sokolov. Las interpretaciones poéticas del pianista ruso, que cobran vida con una intensidad mística en la interpretación, surgen del conocimiento profundo de las obras de su vasto repertorio.
Toque lo que toque, la “experiencia Sokolov” será, sin duda, mucho más que un recital, una experiencia inolvidable.