Carlos Sánchez nació en Madrid y a los nueve años empieza a interesarse por la música para desgracia de padres y vecinos. AC/DC, Led Zeppelín, los Stones, la Credence, o Tom Waits nos muestran a un chiquillo que, o estaba ya muy loco, o tenía a su alrededor adultos muy poco responsables, su hermano y su tío para más señas. A los 11 años se traslada con su familia a Albacete y aunque pronto vuelven a Madrid, sabe que allí se ha dejado algo y vuelve poco tiempo después para incorporarse como guitarrista a Mercromina hasta su separación en 2006.