40 FESTIVAL DE MÚSICA ANTIGUA DE SEVILLA (FeMÀS)
El pianista se atreve a tocar con su clave un repertorio que frecuentemente es coto cerrado de los pianistas y que incluye a Haydn, Clementi, Beethoven y Mozart.
Aunque Johann Joseph Fux fue un compositor muy relevante de la Viena de la primera mitad del siglo XVIII, ya que fue maestro de capilla de la catedral de San Esteban y de la corte imperial, la pervivencia de su nombre se debió sobre todo a la publicación en 1725 de un tratado para el estudio del contrapunto que tuvo una enorme difusión y que marcó a generaciones de compositores, entre ellos, casi todos los grandes maestros del Clasicismo, incluidos Haydn y Mozart. Aquel tratado se titulaba Gradus ad Parnassum y sobre su concepto de formación musical parece haber planteado este concierto Jean Rondeau.
Empieza justamente con un Harpeggio de Fux, una obra que servía como preludio a una fuga y que aquí funciona a modo de introducción de la Sonata nº31 de Haydn, aunque la tonalidad suba media tono hasta la bemol mayor. Se trata de una de las sonatas más interpretadas de las del período Sturm und Drang del compositor. Se compone de dos movimientos extremos en forma sonata y de un formidable Adagio central, de extraordinaria densidad contrapuntística.
El tratado de Fux fue tan célebre que algunos otros compositores quisieron repetir su éxito publicando libros con igual título. Es el caso de Muzio Clementi, quien, pese al desdén con el que supuestamente lo trató Mozart, fue uno de los más importantes pianistas de su tiempo, aunque sólo fuera por cómo hizo avanzar la técnica virtuosística para el instrumento. En 1817 publicó el primer volumen de su Gradus ad Parnassum, que tuvo continuación en 1819 y 1826, en total, 100 piezas pensadas con carácter didáctico y en grado ascendente de dificultad. Rondeau empieza tocando la nº45, que incluye un preludio melancólico seguido (como en el Harpeggio de Fux) de una fuga.
Un segundo preludio figura a continuación, en este caso extraído de la Op.39 de Beethoven, que se compone de dos piezas escritas (para piano u órgano) cuando el compositor aún vivía en Bonn y parecen un ejercicio de armonía, pues presentan dos motivos que se pasean por todas las tonalidades. La obra fue publicada inopinadamente en Leipizg en 1803 y por eso tiene un número tan alto de opus.
Vale esta piececita beethoveniana como introducción a la Sonata en do mayor de Mozart, conocida como facile y que sólo se editó después de la muerte del compositor, quien la había llamado Pequeña sonata para debutantes. Pese a todo, y aunque Mozart apoya todo el Andante en un sencillo bajo de Alberti, la obra contiene momentos de cierta incomodidad para el intérprete como las rápidas escalas del Allegro de apertura o los efectos de eco del Rondó de cierre.
Otros dos preludios de Beethoven y Clementi, ahora en este orden, servirán para introducir la obra final del concierto, también mozartiana. La de Beethoven, sin número de opus (WoO.55) es un auténtico homenaje al Bach de los preludios del Clave bien temperado, a los que recuerda insistentemente. En cuanto a la de Clementi, se trata del nº14 del Gradus ad Parnassum, un Adagio sostenuto que casi puede ejercer de movimiento lento de una sonata, pues forma parte de una sección de la obra a la que el compositor llama Suite en cuatro partes, de la que esta pieza ocupa el tercer lugar.
La misma idea de fantasía incluye un alto componente improvisatorio. En la KV 397 de Mozart se encuentran reminiscencias de Carl Philipp Emanuel Bach. La obra se presenta con un contraste muy marcado entre el tenso, cromático y patético Adagio inicial y el frívolo final en Allegretto, que está en modo mayor. El manuscrito no se ha conservado, pero parece que Mozart dejó la obra sin terminar: los compases finales que suelen emplearse hoy datan de una edición de 1806.
Descrito como “uno de los intérpretes más naturales que uno pueda escuchar en un escenario de música clásica” por el Washington Post, Jean Rondeau es un verdadero embajador mundial de su instrumento. Su talento excepcional y su enfoque innovador del repertorio de teclado han sido aclamados por la crítica, lo que lo convierte en uno de los principales clavecinistas de la actualidad.
Después de un año en el que debutó con la Orchestre de Paris interpretando el Concerto Champêtre de Poulenc, la temporada 2021/22 de Rondeau incluye conciertos con la Orchestre de Chambre de Genève, una gira de conciertos con la Freiburger Barockorchester y una gira C.P.E. Bach con la Kammerorchester Basel con dirección del propio Rondeau desde el clave. En el ámbito de la música de cámara, Rondeau comparte escenario con Nicolas Altstaedt en la Staatsoper de Berlín y se reencuentra con sus compañeros cofundadores del Nevermind Quartet para grabar proyectos y actuaciones en Madrid, Dortmund y la Chaux-de-Fonds. También se reúne con su antiguo colaborador Thomas Dunford tras sus recientes apariciones en el Festival de Música Antigua de Estocolmo, el Festival Concentus Moraviae, el Festival de Guitarra de Ribeira Sacra, el Festival Haapsalu y el Festival Hindsgavl el verano pasado. Un punto culminante notable durante todo el año es la gira de Rondeau por los principales lugares europeos interpretando las Variaciones Goldberg de Bach, un proyecto que lleva mucho tiempo en desarrollo; enfatizando la sostenibilidad con un itinerario verde para resaltar sus compromisos ambientales, incluye visitas a la Filarmónica de Berlín, la Ópera de Frankfurt, el Concertgebouw de Ámsterdam, la Academia Liszt de Budapest, el Victoria Hall de Ginebra, la Philharmonie de París y el Wigmore Hall de Londres. Rondeau también ofrecerá múltiples actuaciones en la Salle de la Musique en La Chaux-de-Fonds como parte de una serie de retratos de artistas, seis conciertos en una residencia conjunta con la Orchestre de Chambre de Genève.
Además de sus compromisos como solista, recitalista y director, Rondeau Rondeau es muy demandado como profesor y ha impartido clases magistrales en todo el mundo, desde la Academia Gstaad hasta la Universidad de Hong Kong.
Rondeau estudió clave con Blandine Verlet en el Conservatorio Nacional Superior de Música de París, seguido de formación en continuo, órgano, piano, jazz e improvisación y dirección. Completó su formación musical en la Guildhall School of Music and Drama de Londres. En 2012, se convirtió en uno de los intérpretes más jóvenes en ganar el Primer Premio en el Concurso Internacional de Clave de Brujas (MAfestival 2012), a la edad de 21 años.