Concierto de la Orquesta Barroca de Sevilla dirigida por la flautista Dorothee Oberlinger con obras Obras de G. Finger, G.F. Haendel, A. Corelli, F. Barsanti y G. Sammartini.
Este concierto refleja el fuerte arraigo que tuvo la flauta en las islas y a su vez la enorme atracción que Inglaterra ejerció para los músicos italianos, un poder de seducción que se incrementó en el siglo XVIII cuando Londres se convirtió en una de las capitales de la música europea por la prontitud con que florecieron los conciertos públicos y el cultivo intenso de la práctica doméstica, lo que traía aparejadas grandes oportunidades laborales. (Pablo Vayon)