ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA
Después de más de veinte años de su primer concierto para piano y orquesta, Brahms terminó el Segundo concierto en si bemol mayor, Op.83 el año 1881. En ese lapso de tiempo compuso obras muy trascendentes de su catálogo como las dos primeras sinfonías y el concierto para violín. En el que aquí nos ocupa el instrumento solista actúa como elemento propulsor del conjunto orquestal y no como su oponente, dada la equivalencia de carácter sinfónico que le da al piano respecto a la formación instrumental, determinada por su personal manera de tocar utilizando constantemente todo el teclado, que se traduce en una composición concertante altamente original al llegar a equipararse con una sinfonía con piano obligado. Su estructura en cuatro movimientos le da una dimensión insólita para una obra concertante que normalmente tiene sólo tres.
El peculiar estilo melodioso de Franz Schubert queda reflejado ya en sus seis primeras sinfonías, obras de juventud en las que su núcleo de orquestación está constituido por la sección instrumental del metal, destacando las trompas y las trompetas, a las que se irán añadiendo los trombones. Los temas los suele tomar prestados, orientándolos en su desarrollo a destacar el canto por encima de cualquier otra particularidad musical. En esta línea hay que entender su Tercera sinfonía en re mayor, D200 escrita en la primavera de 1815, cuando todavía impartía formación musical como asistente en la escuela de su padre.
Director Rune Bergmann
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Concierto nº2 para piano y orquesta en si bemol mayor, Op.83, Johannes Brahms
Sheng Cai piano
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Sinfonía nº3 en re mayor, D. 200, Franz Schubert
1.40 h (c/i)