Con alma de blues, interpretan con su propio estilo tanto clásicos como temas propios, navegando también por géneros como el rock, funk, jazz o soul.
El impresionante curriculum de Kid Carlos queda en segundo plano en el momento en el que empieza a tocar su guitarra. El protagonismo recae entonces en el virtuosismo, el buen gusto y el toque tan especial, cercano e inconfundible de este extraordinario y versátil guitarrista, que no deja de asombrarnos actuación tras actuación.
Al igual que extraordinaria es la voz y la presencia de Txako Jones. Puro espectáculo de una cantante que asombra por igual cante el estilo que cante (desde el blues más añejo y profundo o el soul más dulce... hasta el rock-metal más desgarrador). Sumado a la maestría y elegancia del seguro de vida que les acompaña a la batería (Stefano Di Rubbo) y la marmita de groove en la que se cayó Lalu Cordón (al bajo) cuando era chico, traen un conjunto redondo.