XIX NOCHES EN LOS JARDINES DEL REAL ALCÁZAR.
El paso del tiempo a través de la música.
Ambos músicos coinciden en su periodo de formación en Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. En calidad de alumnos forman parte del Grupo Schumann de Enagas, creado en el curso 2010-2011, donde reciben clases de música de cámara de la pianista húngara Marta Gulyas, profesora de Grupos con Piano del Instituto Internacional de Música de Cámara de Madrid. La agrupación realizó su debut el 6 de junio de 2011 en el Auditorio Sony de Madrid, dentro del Ciclo Da Camera, donde también actuó un año más tarde para conmemorar el 40 Aniversario de Enagás. En 2012 tocó en el Centro Cultural Nicolás Salmerón de Madrid y en 2013 en el Palacio del Marqués de Salamanca, dentro del ciclo Primavera Fundación BBVA. Tras esa experiencia, ambos intérpretes, deciden embaracarse en un dúo joven y prometedor dúo que da sus primeros pasos.
Los años no pasan en balde… Este popular dicho es aplicable a cualquier ámbito de la vida, también a la creación musical. El propósito de este programa es recorrer a través de la música de cámara este ciclo vital creativo, de la juventud a la madurez. Aprovechando la noche que alberga el concierto de hoy, realizaremos este recorrido a la inversa, del crepúsculo de la madurez al amanecer de la juventud; y lo haremos con dos compositores que compartiendo tiempo, uno en plena madurez y otro aún niño, representan perfectamente este paradigma: Brahms y Lekeu. Mientras que el genio alemán Johannes Brahms escribió su segunda sonata para violín y piano en su última etapa (que pasa por ser de las páginas más hermosas del autor), tras haber escrito y vivido mucho, lo cual dota a esta obra de una gran madurez; por otro lado tenemos a Guillaume Lekeu, último alumno del gran compositor franco-belga César Franck, cuya Sonata en Sol Mayor rebosa de una pasión y una intensidad fruto del inherente ímpetu que suelen tener los más jóvenes. Curiosamente, la estructura cíclica de esta Sonata nos permite comprender esta obra como una metáfora del paso del tiempo: los temas que van repitiéndose a lo largo de la obra representan las distintas situaciones que se nos presentan a lo largo de la vida, y el simbólico final, que es exactamente la misma música que da comienzo a la Sonta, como si de una vida se tratase, con su principio y su fin. Paradojicamente, la sonata finaliza envuelta en una alegría desbordante, con un carácter triunfal y apoteósico, mientras al principio, exactamente la misma música se presenta de una forma introspectiva, más íntima y soñadora. Como del dia a la noche, para volver a empezar.