La Sonata de Debussy es posiblemente la obra más importante de cuantas han quedado escritas para este trío de instrumentos. Obra otoñal, tardía, cuando el músico trató de reconciliarse con las formas clásicas, marcó una tendencia para la música francesa. Ya en el siglo XIX, el casi desconocido Victor-François Desvignes, fundador del Conservatorio de Metz, había dejado un Trío que permitía esta instrumentación (la obra fue publicada para arpa, violín o flauta y violonchelo o viola), que en 1905 retomaría también Théodore Dubois. 1905 es la fecha de la Sonatina para piano de Ravel que el compositor llegaría a escuchar en una transcripción que el arpista Carlos Salzedo llegó a hacer para interpretarla con su Trío de Lutece. Dicen que al oírla Ravel lamentó que la instrumentación no se le hubiera ocurrido a él primero. Es obvio que el joven Salvador Brotons tuvo muy presente este colorido francés cuando escribió Ad Infinitum.
Victor-François Desvignes (1805-1853)
Trío en re mayor [1886]
Maurice Ravel (1875-1937)
Sonatina para piano [1905 / c.1914]
Salvador Brotons (1959)
Ad Infinitum Op.13 [1976]
Claude Debussy (1862-1918)
Sonata para flauta, viola y arpa [1915]
Vicent Morelló: flauta.
Francesco Tosco: viola.
Daniela Iolkicheva: arpa.
ROSS.. CÁMARA 8.