Una de las grandes óperas españolas -si no la mejor- con una puesta en escena que nos revela a un “nuevo Falla”. Pocos dramaturgos como el brillante Giancarlo del Monaco, tan cercano a España, podía darle una nueva vida a La vida breve.
Esta puesta en escena concebida para el Palau de les Arts de Valencia cuenta con una escenografía “revolucionaria”, ya que presciende de referencias geográficas y elementos folclóricos. La obra evita así convertirse en un collar engarzado con estereotipos y clichés del costumbrismo español: gitanas, herreros, navajas, celos y muerte. Salud, su protagonista, se convierte en un personaje de una complejidad similar a la de otras heroínas de dramas operísticos de su tiempo como la Jenůfa de Janáček, con la que en Sevilla comparte temporada. En su búsqueda del alma “oscura, profunda y caótica” de La vida breve, según Del Monaco, se pone en tensión el drama de amor del relato con el drama social en el que transcurre, acentuando la influencia de la pasión y la fatalidad.
El excelente oboísta y director de orquesta onubense Lucas Macías debuta como director de ópera en el Maestranza al frente de un reparto liderado por la soprano Ainhoa Arteta y el tenor Alejandro Roy.