con Tainy o de la quincena de conciertos por toda Europa que dio como artista invitada en la última gira de J Balvin entre finales de abril y principios de junio. 

Single a single, del pulso favela funk de Canijo a la ornamentación mozárabe de INRI, pasando por una zarcillos de plata en la que parece mirar cara a cara a Hope Sandoval, su carrera se ha movido en un raro equilibrio: respeta la tradición al mismo tiempo que la desafía. Judeline recorre con naturalidad los caminos del folklore del sur de España, pero con sus canciones llenas de detalles también abre nuevos atajos cada vez que se lo pide el cuerpo.

Pero es que Choo posee formación clásica musical de la que no reniega y lo lleva a sumar pianos que beben del soul o el jazz, ritmos bossa nova y guitarras R&B, consiguiendo un sonido único del que Rosalía se ha declarado fan y por el que ha recibido los elogios de Billboard o Pitchfork.

Este coctel de géneros aparentemente inconexos se mezcla a la perfección en la música de Julia de arco, que explora y exprime todo lo que encuentra en el espacio liminal entre lo pop y lo experimental. En esta tierra de nadie no hay nada estático, y Julia de Arco es una artista ecléctica dispuesta a seguir fluyendo y cambiando a la vez que su música.