Es quizás a través de sus trabajos en solitario donde Ken ha querido desmarcarse del power-pop de su banda de referencia, Posies (recordemos que también se ha ido involucrando en otros proyectos harto interesantes: R.E.M., Lagwagoon, Minus 5,…), lo que ha logrado con mayor y menor éxito.
Doce años después llega este “Circuit Breaker”, seguramente el mejor trabajo bajo su firma, donde las guitarras poderosas pierden protagonismo a favor del piano y del pop-rock de los setenta, con miradas a lo que hacían en esa época gente como Billy Joel, Harry Nilsson, Leo Sayer, Elton John o Todd Rungren, por nombrar algunos. Aunque el punto de conexión de las once nuevas canciones es en realidad la visceralidad de su autor, pues las nuevas composiciones nacen desde bien adentro, por lo que uno puede percibir cómo la pasión y la sinceridad emergen desde los surcos del vinilo. Ken nos habla de los sentimientos humanos más profundos y universales, y lo hace dando una lección de interpretación vocal, modulando su voz que aparece frágil y dulce en algunos pasajes mientras que en otras luce potente y áspera, en una demostración de versatilidad que resulta abrumadora.