TATUAJES
Hay músicas que llevamos tatuadas en el alma. Canciones que nos penetraron y grabaron nuestra piel y nuestra memoria. Temas a los que volvemos una y otra vez porque son guías musicales en las que reconocemos los episodios, felices o tristes, de nuestras trayectorias vitales.
Mayte Martín (Barcelona, 1965), una de las cantaoras más flamencas y veraces de la escena, es también una viajera musical sin prejuicios que, quizá por su sabiduría flamenca o simplemente, porque se deja llevar por el oído ardiente de su corazón, siempre ha conectado con el pálpito de esas canciones populares cuya intensidad emocional transcienden el tiempo, las fronteras y las lenguas. En 1996, junto al gran Tete Montoliu, ya les rindió homenaje en un disco prodigioso dedicado solo a los boleros.
En esa clave, y en un delicado y sutil cuarteto de piano, contrabajo y batería, la ecléctica Mayte Martín recorre su memoria emocional -y la nuestrareuniendo un cancionero de afinidades electivas que reúne himnos como Gracias a la vida, Te recuerdo Amanda, Procuro olvidarte, Eu sei que vou te amar o Alfonsina y el mar, tejiendo un tapiz musical que no solo invoca canciones capaces de resumir una gran historia en tres minutos, sino que también homenajea a los trovadores y trovadoras -Violeta Parra, Víctor Jara, Vinicius de Moraes, Mercedes Sosa, Jacques Brel…- que, como expertos tatuadores, nos las dejaron ahí dentro, bajo su bajorrelieve en la piel, donde la memoria no olvida y de una forma tan honda que su tinta no la podrá borrar nadie nunca.