ORQUESTA CIUDAD DE GRANADA
Los ciclos de canciones de Mahler siempre generan atmósferas sonoras en donde el desamor y la naturaleza encuentran un espacio de conversación sincero. Sus Canciones de un compañero de viaje fueron las primeras en publicarse como ciclo. Responden a ese caminante tan típico del romanticismo alemán que se sumerge en las fauces del desamor frente a un paraje que parece responder a sus penas. La soledad del ser frente al mundo que le rodea impulsa todo un entramado de circunstancias casuales en la naturaleza, pero que el poeta intuye como respuesta a su mal de amor.
La naturaleza también fue el motor indispensable en la Cuarta sinfonía de Jean Sibelius. Pero en esta ocasión, él no participaba de forma activa en el paisaje. Tan solo era un mero observador frente a la brutalidad de los parajes finlandeses. Trombas de agua, borboteo de cascadas desenfrenadas y la parsimonia de los fiordos.
Mahler y Sibelius encontraron en la soledad de las almas nobles un refugio creativo que les conectaba directamente con algo tan sencillamente incontrolable como la naturaleza. Y viendo cómo esta les respondía, decidieron dedicarle fragmentos musicales que cambiarían para siempre la historia. Nuestra historia.
Gustav MAHLER
Lieder eines fahrenden gesellen (Canciones de un compañero de viaje)
Jean SIBELIUS
Sinfonía núm. 4 en La menor, op. 63
KARINA DEMUROVA mezzosoprano
JOVEN ACADEMIA DE LA OCG
HOSSEIN PISHKAR director