El espectáculo representa la ritual disputa que mantienen dos hombres por el amor de una mujer. Los sentimientos, tanto de unos como de otros, se expresan y manifiestan a través de los palos del baile tales como la seguidilla, la soleá, las alegrías o las bulerías. La obra alcanza su punto álgido durante el enfrentamiento que mantienen los dos hombres con los bastones y zapateados por el amor de ella. La obra culmina con un final feliz, donde unos sentimientos humanos, expresados a través del baile, del cante y de la guitarra, y en definitiva del arte, predominan y están por encima de cualquier hostilidad humana, produciéndose de esa forma el triunfo del amor.