En la LXI edición el homenajeado es el cantaor y bailaor Miguel Peña Vargas. EL FUNI.
Cada año, el último sábado de junio se celebra la gran fiesta flamenca, consolidada como uno de los acontecimientos más importantes del género por su larga tradición y caracterizada por estar dedicado cada año a figuras ilustres del flamenco y de la cultura en general.
Nació en mayo del año 1957 y surgió durante la celebración de una comida de la Hermandad de los Gitanos de Utrera, en celebración tras la primera salida procesional en la madrugada del Viernes Santo, organizada por Andrés Jiménez Ramírez.
Hablar de tan reconocido evento es nombrar a una de las citas más trascendentales del calendario cultural andaluz, que todos los años registra una entrada cercana a las dos mil personas, gracias a su tradición, recorrido y carteles con la presencia de las figuras más importantes del flamenco.
El homenaje para esta edición es Miguel Peña Vargas, conocido artísticamente como “Miguel Funi”. Nacido en Lebrija (1939), Miguel Peña hereda su sobrenombre El Funi de su abuelo Juan Peña Peña, quien bailaba sin descanso y transmite sus sapienzas a este terreno. Fue en sus años cuando Miguel actúa por primera vez como profesional e ingresa en el grupo organizador de actos culturales “La Debla”, toda una institución jonda en su tiempo y de la cual se hablablan maravillas.
A pesar de ser conocedor a un gran nivel de muchos cantes gitanos, destaca en la soleá, bulerías por soleá y, por supuesto, en las cantiñas y bulerías, donde siempre ha demostrado que es un festero extraordinario. En el baile también sigue los aires originales de su familia, y al igual que sus tíos y su padre, El Funi, hace los contratiempos con el cuerpo. Su baile es muy complejo de explicar, no así las sensaciones que transmite.