Es preciso ver a Butterfly como a una muchacha muy joven que se aferra al símbolo encantado de la aventura. Es una joven geisha, de medios pobres. Para ella, Pinkerton es exactamente el Príncipe Encantado, que materializa todos sus sueños.
En cambio para él, con un grado de conciencia variable, juega un juego harto cruel: como es el simulacro del casamiento; ya que él no cree en la mascarada, pero ella sí.
Butterfly es un hito en el repertorio operístico para compañías de todo el mundo y aparece como la 8.ª en la lista Operabase de las óperas más representadas por todo el mundo, la cuarta de Italia y la tercera de Puccini, después de La bohème y Tosca.
Ha sido dirigida en los escenarios incluso por directores de cine, como por ejemplo, Ken Russell, Harold Prince y Anthony Minghella, autor de una controvertida puesta en escena en Londres y Nueva York.