Miguel Vargas nació en Beja, del lado de allá de la raya portuguesa, pero a los 8 años
su familia se trasladó a Mérida y en la capital de Extremadura se hizo como músico para
convertirse en el guitarrista que fijó la esencia e identidad de los toques extremeños.
Testimonios flamencos
I [Miguel Vargas]
Templo de Diana (Soleá)
Bailarín en Granada (Granaína)
Lamento (Siguirilla)
Bulerías
II [Miguel Vargas con La Kaita y Juan Vargas, segunda guitarra]