NOCTURAMA 2020. #AGOSTONOESUNMES.
“Mi apellido es Peláez, pero una vez le quito la z, comienza el show y las tablas. María Peláe es pues, la que sube al escenario y se raja cantando”. Así de simple y contundente se confesaba la cantautora en una entrevista previa a la presentación del que fuera su primer disco,
“Hipocondría”, en Sevilla. Tres años han pasado desde entonces. Y un nuevo larga duración, “En casa de herrero”, que incluye ese hit viral que
ha sido “La niña”, y con el que María Peláe abraza los ritmos urbanos sin perder su esencia flamenca. Claro que de casta le viene al galgo: esta fan acérrima de Lola Flores -confiesa tener una muñeca de La Faraona en su mesita de noche- comenzó a rasgar la guitarra a los 13 años, y su tatarabuela era cantaora en el mítico Café Chinitas de su Málaga natal. No resulta extraño, pues, que en sus canciones muchos hayan visto el
renacer de la copla.