La gran violinista Midori, se une a Tomás Grau y a la Orquesta Sinfónica Camera Musicae para interpretar uno de los conciertos para violín y orquesta más bellos de la historia.
A lo largo de la historia de la música, muchos de los conciertos para instrumentos solistas han sido escritos pensando expresamente para un virtuoso en concreto. Es el caso del Concierto para violín de Brahms. El compositor lo escribió para su amigo y violinista Joseph Joachim, a quien pidió consejo para componer un concierto que contiene pasajes de gran dificultad técnica. El programa del concierto lo completa la Consagración de la Primavera considerada ampliamente como una de las obras musicales más influyentes del siglo XX.