Dios los cría y el rock los junta. He aquí el vástago mutante nacido de hibridar –ay Dios qué palabreja- dos entes bicéfalos tan distantes en el espacio como cercanos en su esencia: los chilenos La BIG Rabia y los españoles Pelo Mono. A unos les pirra el bolerock y a otros les pierde el Amazonas. No es extraño por tanto que acabaran cruzándose sus pasos. Tanto unos como otros recogen sonidos de antaño y los amplifican en el ahora. Y su pegada, la de ambos, es tan inmediata, tan directa, que tienen también ese algo de los viejos boxeadores: cuando te despistas te han soltado tal manopla que no queda otra que caer rendido por K.O. Será cosa de la rabia, o quizá de la cara de primate. Habrá que andarse con ojo.