FESTIVAL DE GRANADA.
Entre batallas y fugas
La residencia artística de Ton Koopman culmina con un recital en solitario como organista, una faceta de su actividad que ha corrido siempre paralela a la de su empeño como director. Será en el instrumento del crucero del Salvador, original de Fray Francisco Alejo Muñoz para el Convento de Santa Paula y trasladado después a su actual emplazamiento. El recital del gran maestro holandés empieza con una anónima batalla, género esencial del Barroco español, donde se explotaban a voluntad las espectaculares trompeterías horizontales típicas de los órganos ibéricos, sigue por la música del aragonés Pablo Bruna y se traslada al ámbito germánico para establecer una especie de escala que por Froberger, Sweelinck y Buxtehude asciende hasta Bach, de quien Koopman ofrecerá una fantasía y preludios corales diversos hasta un final en fuga.