XXIX TEMPORADA DE ABONO.

Director: Leos Svároský.

Perteneciente a la primera colección de Danzas eslavas que compuso Antonín Dvořák contenidas en la Op. 46 de su catálogo, la que ocupa el quinto lugar es una skočná en allegro vivace escrita en la tonalidad de La mayor para dúo de piano. Junto a las otras siete del grupo, fue encargo del editor Simrock a sugerencia de Johannes Brahms. Su orquestación fue estrenada en Dresde el mes de diciembre de 1878, año de su composición.

Como si de un pequeño poema sinfónico se tratara, la Obertura «Carnaval», Op. 92 de Antonín Dvořák forma parte de una trilogía, junto a las tituladas En la Naturaleza y Otelo, compuestas entre 1891 y 1892, que fueron estrenadas por el compositor en el Rudolfinum praguense el 28 de abril de este último año. Dedicada a la Universidad de Praga, hace en ella una contrastada exaltación de la vida exponiendo, por un lado, el jolgorio propio de las fiestas carnavalescas y, por otro, manifestando momentos meditativos de cierto lirismo y hasta pesimismo. Ambas sensaciones se van sucediendo en su discurso antes de la re-exposición del exuberante Allegro con el que se había iniciado la obra y que, de manera más sombría, también utiliza para concluirla.

Con un lenguaje armónico que recuerda al pre-impresionismo francés de Chabrier o Fauré, Josef Suk compone su Scherzo fantástico en Sol menor, Op. 25 el año 1903 sin estar destinado a evocar el folclore checo, como contenían las pequeñas piezas orquestales de su suegro Antonín Dvořák. Mantiene cierta analogía con la Obertura Carnaval antes comentada. Toda una serie de pequeños motivos se suceden en esta scherzante pieza que posee un interludio central de corte bucólico a cargo de la madera, antes de las fanfarrias que anticipan una coda de acentuado ritmo y brillante color sonoro. Se estrenó en el Conservatorio de Praga en 18 de abril de 1905.

Tres aspectos hay que considerar en el Dvořák sinfonista: en primer lugar su formación como viola durante su juventud en la Orquesta del Teatro Provisional Bohemio y posteriormente en los diez años que estuvo en la Orquesta del Teatro Nacional de Praga; en segundo lugar, su aceptación y reflejo en el sinfonismo de Schubert como vehículo que habría de determinar el camino expresivo que tendrían sus sinfonías y, por último, la cristalización de influencias populares y nacionalistas en la inspiración de sus composiciones, todo ello fusionado en su gran talento natural. Su Séptima Sinfonía en Re menor, Op. 70 abre el que sería su último periodo creativo dedicado a esta forma musical, repitiendo la tonalidad en la que escribió la cuarta, con la que guarda cierta analogía. Este hecho, que le da a la obra un aspecto sombrío a la vez que apasionado -«del tiempo tormentoso», inscripción que tenía la partitura en su primera edición-, ha llevado a algunos tratadistas a considerarla como su Patética, máxime si se tiene en cuenta la calculada progresión dramática de su expresión y la sobriedad de su instrumentación. Desde su estreno el 22 de abril de 1885 en el St. James’s Hall londinense con la dirección del propio autor, no ha dejado de tener éxito en las salas de conciertos. Está dedicada al legendario director Hans von Bülow, con el siguiente epígrafe: «¡Gloria! Tú has dado vida a esta obra».

PROGRAMA

Primera parte:

ANTONÍN DVOŘÁK
Danza Eslovaca, Op. 46 nº5 en La mayor

ANTONÍN DVOŘÁK
Obertura «Carnaval», Op. 92

JOSEF SUK
Scherzo fantástico, Op. 25

Segunda parte:

ANTONÍN DVOŘÁK
Sinfonía nº7 en Re menor, Op. 70

1. Allegro maestoso
2. Poco Adagio
3. Scherzo. Vivace
4. Finale. Allegro