Basada en una obra de Alexander Pushkin, la ópera Eugenio Onegin, cuya primera representación oficial tuvo lugar en el Teatro Bolshói de Moscú el 23 de abril de 1881, con notable éxito, es la más famosa de las que compuso Tchaikovsky. En ella se encuentran reunidas todas las influencias líricas europeas más relevantes.
Una de las composiciones más representativas del catálogo de Piotr I. Tchaikovsky es su Primer concierto para piano y orquesta, Op.23, que ocupa un lugar muy destacado en el repertorio concertante romántico. Se puede decir que encierra las virtudes esenciales propias de este gran músico pro-occidental, a diferencia de sus colegas patrios contemporáneos herederos de ese llamado esencialismo musical ruso proveniente de Mijaíl Glinka.
La confirmación de que Tchaikovsky empezó a trabajar en la que sería su Sinfonía nº5, Op.64 se encuentra en una carta que dirige a su amiga, protectora y acaudalada Nadezhda von Meck en la primavera de 1888: “¿Sabías que estoy intentando escribir una sinfonía? El comienzo ha sido difícil; ahora sin embargo, parece haberse presentado la inspiración ¡Veremos!”. La sinfonía estaba terminada el 26 de agosto del mismo año.