CIPAEM 2018.
Juan Carlos Romero.
Pudiera preguntarse o preguntarle cualquiera. Y eso hago. "Que más da que un concierto tenga un título, y menos que pueda resultar acertado, lo importante y esencial es la música que contenga, y que el acierto, la inspiración asistan al intérprete". Una visión sencilla y austera, romántica quizás, ingenua en un mundo como el nuestro donde lo que parece es ya más importante que lo que es y el espectáculo más importante que el arte.
También denota cierto desencanto, es probable que inevitable con el transcurrir de los años, de quien se ha criado y educado en el arte como un hecho trascendente, místico, que no hay misión más alta para un artista que buscar la verdad, sabiendo ya a estas alturas que no se puede encontrat lo inexistente pero que hay mejor señuelo para acercarse a la quimera. No es un mundo propicio para estas veleidades.
Pero ya no hay vuelta atrás ni cambio de rumbo posible de manera que seguirá con "Tantas dudas y asombros que me quedo sonriendo y encogiéndome de hombros".