De las fraguas donde se funden los metales de pureza nacen las voces flamencas, en este caso desde Granada emana la materia prima de la gitanería y el sabor del cante antiguo de Pedro Heredia Reyes “El Graníano”; desde la Chiclana gaditana el sabor único que da la sal, Alonso Núñez “Rancapino Chico”. Un recital de voces únicas y personales, de paladar y texturas diferentes. Del desgarro al almíbar, del poderío a la fragilidad. El metal tiznado del quejío de Pedro “El Granaíno” se funde con la luz que baña el compás de Alonso “Rancapino Chico”.
Artistas imprescindibles para entender el flamenco en la actualidad, puntales que sostienen la esencia de lo jondo. El cante entendido como una forma expresiva natural que les nace a estos artistas que cuajan en sus gargantas penumbra y claridad. Ellos son el compás, el sentimiento y la pureza sagrada de este arte que se forja en dentro de su ser, Pedro “El Granaíno” y Alonso “Rancapino Chico” forjan sus tiempos en uno con esta propuesta que bajo el título “Se funden los metales” dan calor al flamenco más auténtico.