El programa de este concierto ofrece al espectador un recorrido espléndido para entender cómo la música instrumental italiana fue cobrando protagonismo, independencia e importancia a lo largo del siglo XVII. A principios de la centuria, la mayor parte de la producción instrumental ni siquiera se editaba. El compositor de obras instrumentales no tenía el prestigio del autor de obras vocales. Era considerado más bien un virtuoso con ingenio. Debe de tenerse en cuenta que la mayor parte de la música instrumental que se editaba hasta entonces era la escrita para instrumentos de cuerda pulsada o de teclado y se hacía mediante el procedimiento de la tablatura, un sistema de notación prescriptivo, que simplemente indicaba al solista mediante cifras o gráficos las cuerdas o las teclas que tenía que pulsar y cuándo. Frente a ese sistema, la partitura en pentagrama significaba un paso hacia la abstracción: ante un pentagrama, el ejecutante debía leer y recomponer un texto que podía considerarse independiente de la ejecución.