Al llegar a Berlín, el grupo se unió con su buen amigo y autor/artista visual Will Carruthers (Spacemen 3, Dead Skeletons). Carruthers, también carpintero habilidoso, construyó paneles de insonorización y reclutó al productor de Anton en ese momento, Fabien Leseure, y juntos buscaron equipo por toda la ciudad y pronto tuvieron un estudio funcional en funcionamiento. Entre el Día de San Esteban y el Día de Año Nuevo, se grabó la mayor parte de la música para las cuatro pistas que formarían la primera cara: ‘Vanishing Lines’, ‘(In The) Hidden Fields’, ‘Dead Head Lights’ y ‘We Carry Along’, con Lawrie planeando terminar en su propio estudio.
Al regresar al Reino Unido, el grupo acudió a Richard Formby (Spectrum, The Jazz Butcher) en Leeds para la segunda cara. Aquí, Lawrie y la banda comenzaron a darle forma al disco, grabando las tres pistas: ‘Get Out Of Me’, ‘What You Love’ y ‘There Is No Shore’, que formarían su cara B.
El objetivo con ambas sesiones era entrar a ciegas y estar completamente en el momento, recuerda Lawrie: : No había ideas preconcebidas, todo se escribía sobre la marcha. Al igual que el viaje a Berlín con casi nula visibilidad, estábamos confiando en el instinto agudizado de estar completamente en el ahora.
A lo largo de sus siete pistas, están todas las características de calidad que los fanáticos de mucho tiempo asocian con la música de The Telescopes: canciones sólidas, melodía, armonía, ruido, disonancia, improvisación, experimentación y un viaje todo abarcador más allá del reino de la visión natural. Como dice Lawrie: Cargado de guitarras, ruido y melodía, girando alrededor de una repetición contundente
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