Samuel Serrano (Chipiona, 1994), de la estirpe de los Agujetas, presenta una propuesta abierta, sin guiones que la encorseten, donde los sentimientos mandan en todo momento, convirtiendo cada actuación en una experiencia única y diferente. En ellas busca la esencia espiritual del flamenco y su sentir más trascendente, buceando en los orígenes del flamenco para reivindicar otra forma de vivirlo. Y todo ello con aromas a los cantes de Chocolate, Terremoto o Antonio Mairena.