La carrera de Víctor Manuel abarca ya cinco décadas. Una carrera que ha evolucionado de temática asturiana y reivindicación política, en los últimos años de la dictadura de Franco, a canciones centradas en el amor, las emociones y los sentimientos, con las que consigue un enorme éxito que culmina en 1979 con el álbum Soy un corazón tendido al sol y el single ‘Solo pienso en ti’. En los 80, edita álbumes como Luna (1980) o El lanzador de cuchillos (1984). Pero es en 1986, en compañía de su mujer, Ana Belén, cuando arrasa con Para la ternura siempre hay tiempo, que contiene, entre otros temas imperecederos, el himno ‘La puerta de Alcalá’.
La vida en canciones (El escenario lo cura todo) pretende abarcar, resumir, largos años de canciones y carretera. De ‘Soy un corazón tendido al sol’ a ‘La sirena’, ‘Planta 14’, ‘El abuelo Vitor’ o ‘Paxarinos’; de ‘Solo pienso en ti’ a ‘La madre’, ‘Luna’ o ‘Ay, amor’; del ‘Cuélebre’ a ‘Nada sabe tan dulce como su boca’, ‘Cruzar los brazos’ o ‘Allá arriba al norte’; de ‘Danza de San Juan’ a ‘No seré nunca juguete roto’, ‘Quien puso más’ o ‘Bailarina’; de ‘El hijo del ferroviario’ a ‘Como voy a olvidarme’, ‘Adonde irán los besos’ o ‘Nada nuevo bajo el sol’.