Final del XLIV Concurso Nacional de Cante por Serranas con un cartel integrado por: Tamara Aguilera Garamendi, de La Puebla del Río (Sevilla); Miguel Ángel Lara Solano, Miguel El Canario, de El Saucejo (Sevilla); Francisco Ocon Cuadrado, de Adamuz (Córdoba); Javier Mellado Yunquero, Javier El Peralillo, de Chipiona, y Pedro Plata Barrera, Platero de la Isla, de Chiclana de la Frontera.
En este espectáculo de la final también participarán Alba Bazán Pecho, de Sanlúcar de Barrameda, ganadora del XLIII Concurso Nacional y Antonia Contreras con su espectáculo flamenco ‘La Voz Vivida’, han informado en un encuentro con los medios de comunicación la diputada provincial, Ana Carrera, la alcaldesa de Prado del Rey, Vanesa Beltrán, la delegada municipal de Cultura, Isabel Blanco, y el secretario de la comisión organizadora del concurso, Cristóbal González.
Prado del Rey ocupa un lugar destacado en el flamenco por la labor continuada en el tiempo en la preservación y difusión del cante por serranas, un difícil palo flamenco, que para el artista supone todo un reto. La Diputación colabora con este concurso, patrocinando este año la actuación de Antonia Contreras. Asimismo, apoya la declaración de este concurso como bien de interés cultural. En la presente edición se han presentado 15 artistas a la selección previa, de la que han salido los 5 finalistas. Por este concurso han desfilado a lo largo de su historia unos 400 artistas.
La Serrana, como otros palos flamencos, proviene de viejas coplas o letrillas populares del segundo tercio del siglo XIX llevadas al género flamenco. Ya en el siglo XVI existía un canto lírico llamado la serranilla, que parece ser que tiene una composición literaria muy parecida a la serrana.
Sobre su origen geográfico, los investigadores apuntan tres posibles lugares: la serranía de Ronda y sus aledaños (donde se encuentra Prado del Rey), Córdoba y Huelva (sierras de Aracena y Aroche). Su temática está íntimamente ligada a la sierra, nos habla de bandoleros, contrabandistas, pastores..., propia de la sistemática de las gentes que la habitan.
Se trata de un cante con coplas de cuatro versos, de rima par, que se acompaña a la guitarra con toque de seguiriya en la tonalidad de Mi. En general, se distinguen tres partes: liviana, serrana, propiamente dicha, y remate. Al tratarse la serrana de una canción corta, se apoya musicalmente en su comienzo en la liviana, pudiendo ser la terminación o remate por la seguiriya de Perico Frascola, la seguiriya de María Borrico, o bien, por verdiales o aires abandolaos.
Posee la Serrana dos aspectos esenciales de la naturaleza humana: la pasión y el desencanto. Para la pasión, necesita hacer los agudos, ascender con fuerza y garra; en el desencanto, los bajos han de tener el concepto de abandono hacia su destino. Todo cantaor que tenga buena voz puede conseguir estas tonalidades, pero no el sentimiento, cuya forma solo la dan personas muy especiales, los consagrados. Se puede afirmar que la Serrana es un cante valiente, profundo y recio, de mucho brío, extraordinariamente melodioso y pegadizo, de frases largas y solemnes.
El gran cantaor Silverio Franconetti (Sevilla 1823-1889) fue quien la cuadró y popularizó la Serrana, cantándola sobre todo en los Cafés de Cante de Jerez de la Frontera y San Fernando, y posteriormente en Córdoba. La primera grabación de la que se tiene constancia fue en el año 1893, en cilindro de cera, a cargo de Paco el de Montilla.
Hasta la actualidad han grabado el Cante por Serranas unos ochenta artistas flamencos, entre ellos José Cepero, Niño de la Isla, José Menese, Antonio Mairena, Pepe Marchena, La Niña de los Peines, Antonio Molina, La Paquera de Jerez, Juanito Valderrama, Rocío Jurado, El Perro de Paterna, El Cabrero, Fosforito, José el de la Tomasa y Naranjito de Triana.